lunes, 2 de mayo de 2011

Crónica de la Sufrida (corta) 2011


Comenzaba la semana no de muy buena manera. Piernas que no iban, como si no se recuperasen de un día para otro, algo que pensaba que pasaría conforme me dedicase a recuperar en los días venideros, pero las cosas no iban como yo quería, y el tiempo se iba agotando.

Llegó el día D, el sábado, la noche antes de dormir más bien poco, inquietud, desvelado varias veces, y pensativo, algo que hacía tiempo que no me pasaba la noche anterior a una carrera, pero es que La Sufrida es de mis favoritas, aunque es una carrera que no va con mis características, pero me encanta.

Recogida de dorsal y chip, y el cielo amenazante. Saqué la bici del coche, preparé todo, y para la salida. Reencuentro con amigos, muchos, a los cuales me dio alegría saludar. Fotos de salida, con Igor y Ana, para el recuerdo, a la vez que mirábamos al cielo de reojo. Dan el chupinazo, me despido de Laura, con un: "Hasta dentro de un rato".

Tramo neutralizado de Arriate a Ronda, ganando posiciones, y fijándome en el pulsómetro y las sensaciones que me daban las piernas hasta ese momento, y no me gustaba lo que veía y lo que sentía. A pesar de que apenas había calentado, las sensaciones volvían a ser parecidas a las del resto de la semana. Se abrió la carrera ya en la bajada de Ronda en dirección a Montejaque, estando atento a los puestos delanteros, y así evitar posibles caidas. La lluvia se tornaba intensa en ese momento, y empezábamos a calarnos hasta los huesos, con apenas 20 minutos de pedaleo.

Zona de llaneo, y comienzo del primer puerto, Montejaque. Tendido, de fuerza, donde todos los años se rompe la carrera porque se sube muy rápido, a plato, y continuos ataques, pero este año parecía diferente, la lluvia parecía que había hecho que los ánimos se calmaran, y no había ganas de sufrir antes de tiempo. Y mientras yo con mis sensaciones, y mis piernas que no terminaban de ir. Le di muchas vueltas a la cabeza, y ya con una fuga en solitario por delante, pensé que en las Palomas iba a "morir", así que no tenía nada que perder, y por lo menos me dejaría ver durante un rato, sin saber hasta donde permitiría el grupo mi locura. Antes de llegar a la mitad del puerto me fui, en solitario en principio, puse el plato y a volar. No me costó mucho abrir hueco, y sabía que coronando, el resto del terreno hasta el comienzo de las Palomas era favorable a mis condiciones, y podría llegar por lo menos hasta allí. Poco antes de coronar me alcanzó un corredor, de nombre Felix, y alemán, aunque afincado en España, según me comentó.

Fuimos relevando, aunque le costaba de vez en cuando, y tenía que ir diciéndole que pasara, buen ritmo y abriendo hueco, ya no se veía el pelotón. Cuando nos dimos cuenta andábamos ya por Zahara de la Sierra, por su embalse, y ya se veían las primeras rampas del coloso. Comenzamos a subir, eramos segundo y tercero al pasar por las alfombras que abrían el crono en la subida, aquí cada uno puso su ritmo. Yo me puse mi marcheta, menos ligera que la de mi compañero de fuga, que abrió un pequeño hueco, aunque eso ya no me preocupaba, ahora la cosa estaba en llevar un ritmo sostenible hasta la cima, algo que sabía que sería casi imposible, porque los milagros en este deporte no existen, y el piloto de avería lo llevaba a punto de encenderse.

Alcanzado por los escaladores del pelotón, pues este venía ya roto, saludé a un par de amigos, Santi Mancilla, el algecireño, que a la postre haría segundo en la larga, y Rafa, que ya en Master40, entró en el grupo de los primeros en meta, dos grandes del ciclismo andaluz. Me limité a seguir mi ritmo y a intentar tomarlos como referencia, pero poco me dudaría eso, no había llegado a la mitad del puerto cuando ya noté que las piernas no iban, comenzaba la crisis, y solo quedaba mantener el tipo. No podía seguir el ritmo de ninguno de los grupos que me pasaban. Solo pensaba en el descenso, y la zona favorable que me esperaba luego. Logré coronar, con muy pocas fuerzas ya, aunque la cara no lo reflejaba, porque eran las piernas las que no iban.

Comencé el descenso, y bueno, fiel a mi estilo, me movía con soltura en las curvas a pesar de estar mojadas, y de seguir lloviendo de forma intensa. Pasado Grazalema, tocaba subir un pequeño puerto, de no más de 2kms, el cual hacía un par de años pude subir a plato y sin problemas, pero no era mi día, y encima el aire pegaba de cara y bastante fuerte.
Llegabamos a la zona favorable, llanos y alguna bajada, poca subida, y a exprimirme hasta donde el cuerpo me dejase, que no iba a ser demasiado, así que tendría que tirar de "clase", como dice en gran Adrian. Hicimos un grupo, donde alguno se negaba a dar relevos, y de nuevo a llamarles la atención como si de niños se tratase. Así, rodando muy rápido hasta la subida a Ronda, donde ahí si que no pude hacer nada de nada. El pulsómetro no pasaba de 150 pulsaciones, las piernas no respondían, y el dolor era enorme. En solitario, descolgado de ese grupo, lloviendo a mares, pasé este tramo como pude, con bastante sufrimiento, hasta que alcancé a un corredor que también reventó en el grupo, y fuimos relevando hasta la meta.

Llegué reventado, no daba más de mí. Lo primero que hice fue pegarme a un avituallamiento que había justo pasada la llegada, y no despegarme en un rato. Tenía hambre, mucha, hacía tiempo que no me sentía así. Después tocó reflexionar, sobre como había ido la prueba, lo que esperaba hacer, y lo que finalmente hice, y bueno, creo que puedo sentirme contento, por lo menos en parte. El último mes y medio no ha sido el ideal, ni mucho menos. La rodilla, la cual me ha mantenido al margen de los entrenos de calidad, solo saliendo a pasear me ha trastocado todos los planes que tenía para estas alturas de la temporada, aunque por otra parte, protagonizar una fuga de cerca de 30 kms en una carrera así, creo que debe ser un orgullo para cualquiera, porque hay que ser muy valiente para lanzarse al vacío sabiendo que el paracaidas puede no abrirse y morir en el intento. Pero como siempre digo, prefiero morir luchando que permanecer quieto viendo como se me escapan las oportunidades.
Como consecuencia de todo esto, de nuevo dolor de rodilla, el cual ya estoy tratando, y
espero que solo haya sido una sobrecarga. Ya veremos esta semana como evolucionamos.

Y esto ha sido todo, espero que os haya gustado, y hasta pronto.

lunes, 18 de abril de 2011

De vuelta a los ruedos

Ha pasado ya casi un mes y medio desde la primera y última carrera que disputé esta temporada, una lluviosa aunque espcial mañana de primeros de marzo, sensaciones excelentes, y ganas de seguir dando guerra en el pelotón, pero como nada es perfecto pues comenzaron los problemas. Dolor de rodilla, fuerte, bastante, dias después de aquella gran mañana. Levantar el pistón, cortar la preparación, buscar un fisio, intentar hacerle caso, algo bastante dificil, recuperar sin dejar de entrenar, y bueno, momentos de nubes negras, de oscuridad, desánimo, pero a pesar de todo seguimos ahí, esperando a que llegasen los tiempos mejores, y parece que han vuelto. Por fin hay luz al final del tunel.

Raúl Sanchez, es el fisio que me ha tratado en Marbella. Desde el primer día ya dió con la tecla de lo que tenía, un esguince de rodilla fue su diagnóstico. Nunca pensé que esto pudiese llegar a pasar por una sobrecarga, pero sí, es posible, y a mí me ha ocurrido. Dos semanas de tratamiento, y consejos, muchos consejos, que de poco valían. Recomendaciones de tomas de descanso, que apenas cumplía, porque las ganas de seguir entrenando y perder lo menos posible no me permitía alejarme más de dos días de la bicicleta. Ya sabeis como somos los que disfrutamos de verdad con este deporte y la competición. Desde aquí darle la gracias por su profesionalidad y por la paciencia que ha tenido en ocasiones conmigo, porque no debe ser fácil intentar recuperar una rodilla, y que tu paciente esté pensando más en las carreras que se está perdiendo que en la valoración sobre el trabajo que está realizando el especialista.


Un vez me dió el alta a seguir rodando suave, y a intentar empezar a meter carga muy poco a poco. Pequeñas molestias los primeros días, supongo que se debía a que el cuerpo no se adapta de pronto al tratamiento recibido. Las sensaciones cada día mejores, aunque acusando la falta de calidad en los entrenos durante un mes. Poco a poco todo va teniendo color, la piernas van respondiendo, y asemejándose a aquellas que tuvieron aquellas sensaciones tan buenas en aquella mañana de marzo.

Esta semana que ha pasado he podido comprobar casi con toda seguridad que la rodilla ha vuelto a la normalidad. Buena semana de entreno, con sensaciones que van mejorando, y haciendo las primeras subidas, en las que he ido algo atrancado, pero no me preocupa, porque casi que es normal. Vuelta a las sesiones de fuerza, de Tempo, y el sábado, en el 5º día de entreno de la semana, con las piernas un pelín más cargadas de lo que me hubiese gustado, cuatro horas y media de entreno, con un puerto. Viento fuerte de cara, fue el protagonista de la primera parte, en la subida a ritmo medio alto, y al final a tope, picándome con el gran Jorge, que viene fuerte después de hacer el Tour de Flandes, y se le nota. A la vuelta, guerra, mucha guerra, ataques y más ataques, y fuerza en las piernas, y nada de molestias, empezando a sentirme yo mismo, y pudiendo empezar a exprimir por fin la bici nueva, que con esas ruedas de perfil se comporta en el llano como una locomotora. Al final del entreno, cansado, porque no paramos de guerrear hasta llegar a casa, y con 125kms en las piernas, y peleando hasta el 124, creo qué terminé más cansado que en muchas carreras.

Lo mejor de todo esto es que por fin veo más cerca poder correr en el mes de mayo, y disfrutar de todo lo que viene. La Sufrida, Carcabuey, Sierra Mágina, Chiclana, Dos Hermanas, Campeonato de España de Bomberos y FFCCSE, en Tarragona....Intentaré ir a todas las posibles, así que espero que el cuerpo aguante toda esta guerra, y me quede algo para la QH, que hay que hacerla una vez en la vida y este años es el elegido.

Un saludo a todos, y hasta muy pronto.

domingo, 20 de marzo de 2011

Desde la barrera

Dos semanas han pasado desde la primera carrera de la temporada en Andalucía, donde acabé con unas sensaciones estupendas, pero nada es perfecto, y en cualquier momento viene un problema físico, una lesión inesperada, y eso es lo que ha pasado, sobrecarga en la rodilla izquierda, con inflamación de los tendones. Todo empezó tres días después de la carrera de San Pedro de Alcántara, cuando después de llevar sobre hora y media entrenando, y haber completado 45 minutos de Tempo (entrenamiento de fuerza) sentí un dolor agudo, que me hizo parar, y la rodilla me dolía bastante al pedalear, hasta el punto de pasarlo mal para llegar a casa.
A partir de ese momento, un par de días sin tocar la bici, y unos cuantos días de rodillo en plan suave, menos un día que me dediqué a hacer el burro probando el BKOOL...no pude evitarlo :P
Visita al traumatólogo, antinflamatorios, y a seguir rodando suave, y en medio de todo esto, me pierdo la primera carrera de la Copa de Andalucía, en Chiclana de la Frontera, donde el equipo volvió a obtener una victoria en Senior y buenos puestos en Master30. Ha sido lo que más rabia me ha dado de todo esto, no poder estar ahí luchando y echando una mano, sentir el corazón a mil, y sufrir hasta el límite, pero no me quedaba otra.
El dolor por el momento no ha desaparecido en su totalidad, pero parece que va por buen camino, espero estar de nuevo en la pomada en poco tiempo, y seguir disfrutando de los entrenos y carreras, y será sobre la nueva montura, con la que llevo un par de días y las sensaciones han sido tremendas, aunque no haya podido exprimirla todavía, por la rodilla, pero creo que va a comportarse como espero, aunque ya se sabe que si las piernas no van, la bici tampoco.
Hasta pronto.

martes, 8 de marzo de 2011

II Homenaje "acuatico" al Malagueta

Completaban los corredores Master40-50-60 su quinta vuelta de un total de diez, cuando decidí irme al coche a cambiarme, coger la bici, y calentar un poco, aunque esto último era algo solo teórico, porque la lluvia y el aire hacían que el frío te calase hasta los huesos. Ya había dejado el dorsal colocado en el maillot, y colgado en el volante del colche; el número 79, el año de mi nacimiento, simple curiosidad o casualidad, pero es algo que me gustó bastante, y es que este tipo de cosas a mi me dan buenas vibraciones,
Agarré la bici, me monté en ella, y tras ponerme una chaqueta termica, me puse a calentar. Habían pasado quince minutos cuando ya estaba empapado, las zapatillas estaban chorreando, y empezaba a tener frío. Para colmo la salida se retrasó un poco, y esto me hacía desesperar, y comenzaba a arrepentirme de estar allí. La lluvia es algo que me gusta a la hora de correr, porque es una manera natural de quitarte adversarios, y si no tienes demasiado miedo en las curvas y la forma acompaña puede haber muchas sorpresas.

Andaba reconociendo los charcos del circuito, porque el recorrido si que lo conocía de sobra, cuatro kilómetros con tres curvas de ciento ochenta grados y tres de noventa, que hacen que cada arrancada sea un sprint que pueden llegar a acabar con cualquiera que no ande muy fino ni preparado para los cambios de ritmo, cuando se hizo la llamada para la salida de los senior y los master30, y allí que nos fuimos. Nos colocamos de los primeros, desear buena suerte a los compañeros del equipo y que tuviesen cuidado, y a ver si podíamos hacer algo en la carrera. Algo que me sorprendía es que no estaba nervioso, quizás porque estaba más pendiente del agua que caía, y porque mi objetivo era intentar acabar la carrera en el grupo.

Nos dan la salida, y a volar, como de costumbre, fuga de primera ahora, de dos corredores, cosa de la cual me enteré luego, porque yo iba a lo mio, pendiente de no caerme, y de buscar un buen hueco en el grupo. Las tres primeras vueltas se me hicieron un poco duras, tanto sprint, casi en frío, me estaba haciendo sufrir, aunque mucho menos de lo esperado. Poco a poco fui cogiendo confianza, e intentando incluso meterme en alguna fuga. Mi compañero Lito luchaba por pillar alguna escapada de las que intentaban formarse, haciendo un carrerón hasta el final, aunque sin mucha fortuna. Cuando faltaban sobre cuatro vueltas para el final empezaba a creerme que estaba allí, en buenos puestos y venía de hacer un poco lo que quería, dejándome caer a la cola del grupo a recuperar, y subiendo cuando era necesario, con bastante facilidad.

Mi compañero Yelamo, me pidió que le echara una mano, para intentar ganar al sprint, en Senior, como buen sprinter que es, y le dije que se pegara a mi rueda, para intentar llevarlo hasta lo más cerca posible de la meta. Mi piernas estaban cada vez más fuerte, me encontraba bien, y con confianza. A falta de 3 vueltas se formó una fuga tras los dos de cabeza, con otros tres corredores, a los que estuve tentado de salir en su búsqueda, porque me sentía con fuerzas para eso y más, pero sabía que mi trabajo en ese momento era otro. Puestos delanteros a falta de muy poco para terminar, llegando a la última vuelta, y cometí un error, que para mí es grave, entré un poco pasado en la ultima curva de ciento ochenta grados, y tuve que abrirme, dejando pasar a unos cuantos corredores.
Quedaba sobre un kilómetro para acabar, y me sentía con fuerzas, así que me lancé a remontar todo lo que podía, llegando a colocarme en puestos cercanos a la cabeza en ese último kilómetro infernal, donde los empujones, codazos y encerronas, eran algo tan normal como la lechuga en la ensalada. A meter todo el desarrollo y a apretar los dientes todo lo que se podía, entrando en el puesto 11º para master30, y con una sensación de alegría enorme, por haber terminado una carrera que se hizo muy dura por el agua, y más alegre aún al enterarme que Yelamo había ganado en su categoría.
Aunque hubo alguien que faltó en la salida y meta, y que muchos conocéis, y es Santi, el gallego, mi amigo, mi compañero. Creo que todos los que estaban allí lo echaron un poco en falta, aunque nadie dijese nada, con su carácter, su forma de correr, y si forma de ser. Desde aquí un abrazo enorme, y desearte un buen año en todos los aspectos allí en el norte, allí en tu tierra.
Hasta pronto.





martes, 1 de marzo de 2011

Un gran día. 28 de Febrero.

Gran 28 de febrero el de este 2011, día de Andalucía, y podríamos decir que ha sido el día del Hipertextil Alcosto-Ciclos Luna. Jornada estupenda, con presentación del equipo ante los medios, en casa del patrocinador, y con la foto oficial del equipo. Reparto de ropa, saludos a los ya conocidos, pocos en mi caso, y buen ambiente por parte de todos los que estábamos allí.

Tras la foto oficial con la ropa nueva, tocaba salida en grupo, rodar con los compañeros, y de paso medir un poco las fuerzas, que nunca viene mal un buen calentón, como solemos decir, sobre todo faltando unos cuantos días para la primera carrera de la temporada. Así que salimos de Baena, lugar donde se había realizado la presentación, hacia Cabra, hasta donde el ritmo fue vivo en alguna subida, y más tranquilo en el resto. A partir de ahí el ritmo se fue aumentando bastante dirección a la Ermita de Cabra, a cuyo pie de la subida, ya llegamos, por lo menos yo, algo fatigado, por una subida anterior, de estas que parecen tendidas pero que te machan bien como se suba a tren, y es que parecia que no acabaría nunca.

Una vez nos desviamos a la izquierda a la subida a la Ermita, la carretera puso a cada uno en su sitio, y fuimos ocupando nuestro lugar y el mio junto con algún que otro compañero cuyo fuerte no es la subida o que simplemente no quería forzar, pero ese caso no era el mio, nos fuimos descolgando del resto del grupo, cuya velocidad era bastante alta, e iban haciendo su guerra, y nosotros por detrás a ver la batalla, cada vez más lejos.
Una vez arriba, a recuperar el aliento, tras una dura subida, con porcentajes bastante altos, aunque hay que decir que me gustó bastante, a pesar de la dureza, lo que la hace si cabe, más atractiva aún. Foto del grupo, bromas por aquí y por allá, y buen ambiente, era lo que se podía respirar, a parte del aire frío, muy frío que hacía en este gran día.
A la vuelta, tuvimos la oportunidad de demostrar que habíamos hecho los deberes este invierno para los que la subida no es nuestro mejor terreno, y volvimos a ritmo de locomotora, con ataques por uno y otro lado, e intentando salir a por casi todos, limpiándonos de paso la "carbonilla", que falta hará de cara al domingo.

Llegada a Baena, con el corazón a mil por hora, una ducha calentita, y a comer todos juntos. Tras la comida, despedida de los compañeros, y vuelta a casa, con un sabor de boca bastante dulce, y con la impresión de que este año podemos hacer cosas bastante buenas, y divertirnos de lo lindo, que al fin y al cabo es para lo que estamos en este espectáculo llamado ciclismo de competición.

Por mi parte, pues me voy encontrando bien de forma, al igual que el año pasado mucha fuerza en las zonas de llano y repechos, y sabiendo cual es mi sitio y mi terreno. Todavía me queda que afinar, perder de dos a tres kilos, pero poco a poco, que las prisas no son buenas, que decía Fito. Espero para finales de abril principios de mayo estar en un buen momento de forma, e intentar hacer buenas carreras, y disfrutar sobre todo, que es lo más importante en todo esto.

Un saludo y hasta pronto.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Frio, entrenos y carreras

Duro invierno el que estamos pasando, ya sé que algunos más que otros. Por el sur tenemos frío, aunque hay gente que 7 u 8 grados no es para tanto, pero para mi si, y bastante, la verdad y si a esto le sumamos la lluvia, que si que nos ha dado un paréntesis durante unas tres semana, pero vuelve con fuerza, aunque eso no es mayor problema, sobre todo si tenemos en cuenta el rodillo, aunque ya sabemos que el "potro de tortura" no es algo que guste a ningún ciclista, pero bueno, casi que tenemos que dar gracias a poder seguir entrenando.
La temporada está a punto de empezar, con la primera carrera el día 6 de marzo, en San Pedro de Alcantara, en el Trofeo Homenaje a Lopez Gil, un circuito que ya corrí el año pasado y que se me hizo muy duro por el montón de curvas, que hacen que se te abra el pechito, como diría mi gran amigo Santi, el gallego del pelotón Master andaluz.
Y este año con equipo, el Hipertextil Alcosto, fusión del Kanina Bikes con el Ciclos-Luna, y que tendrá un plantel de corredores con un nivel bastante grande, así que estaremos para echar una mano a los compañeros y a ver como se nos da el año. Las condiciones, pues, son en mi caso como las de un club ciclista, teniendo como beneficio la asistencia del coche de carrera, agua, rueda en caso de pinchazo, etc, así que algo es algo, que la cosa está mala si no eres un super clase. Así que dar las gracias a Gonzalo y a Alberto Arroyo por hacerme un hueco. El día 28 de febrero estaremos en Baena (Córdoba), para conocer a los compañeros del equipo, saludar de nuevo a los que ya conozco y hacer un entrenamiento que vendrá bien para preparar un poco la carrera que será domingo de esa misma semana.

Los entrenos por ahora van bien, con algo de cansancio en determinados momentos, pero subiendo los escalones poco a poco. En este momento me encuentro en el periodo de Preparación, conocido como fuerza, y bueno, ahí estamos con el Tempo, trabajando con desarrollos duros, y cargando las piernas para prepararlas y que no se quejen mucho cuando empecemos las carreras. La lesiones me están respetando, incluyendo un dolor en la rodilla izquierda que apareció al cambiar la posición del sillín y que esta mañana en el rodillo parece que haya desaparecido, tras cambiar el otro día la posición de las calas, por lo que si todo sigue así espero coger este año una buena forma, un poco mejor incluso que la del año pasado, que ya sería algo tremendo.

Y esto es todo por hoy, así que un saludo a todos, y hasta pronto.

martes, 4 de enero de 2011

La soledad del ciclista

Cuando pensamos en ciclismo pensamos en un pelotón, una carrera, una subida a un puerto intentando descolgar a los demás o dándolo todo para no quedarnos. Esto es lo que imagina cualquier persona que piensa en este deporte, pero solo unos pocos sabemos que hay detrás de todo eso, porque poca gente llega a saber como es el día a día de un ciclista. Da igual que compitas o que te dejes el alma los fines de semana con tu peña, tu club o tu grupo de amigos, todos llevamos un sacrificio, más grande o más pequeño, pero un sacrificio al fin y al cabo.

Durante muchos meses nos preparamos en solitario la gran mayoría de los días para llegar lo mejor posible a ese objetivo, esa gran marcha o esa gran carrera master, en la que soñamos con darlo todo. Muchas horas encima de la bici, con la única compañía del cuentakilómetros, aquellos que van por sensaciones, el pulsómetro los que nos regimos por los designios del corazón junto con la cadencia o el Powertap para los más metódicos.

Horas, muchas horas sobre la bici, algunas veces con la compañía de algo de música, con el mp3, otras sin nada, solo pensamientos, el tarareo de esa canción que nos llega y que no nos sale de la cabeza, el aire que resbala en nuestras orejas y silva, un perro que ladra, ese coche que viene de lejos y que pita a lo lejos para que sepamos que se acerca, un EY! de ese ciclista que se nos cruza y que nos saluda levantando la mano, o moviendo la cabeza.
Otras veces echamos la imaginación al vuelo, pensamos en esa carrera ideal, en lo que sería un ataque fulminante en ese último kilómetro, en esa fuga de ensueño en la que nos gustaría encontrarnos en esa carrera para la que nos estamos preparando, y sientes como la piel se te pone "de gallina", los pelos de punta, y el pulsómetro se acelera aún más, como si de verdad lo vivieses. Y esa entrada en meta, perfecta, la que puede que nunca lleguemos a hacer en primera posición, es un sueño, nuestro sueño.
Y las subidas, que son otro cantar, miras al horizonte, esa nube con forma rara, las lineas de la carretera, te quedas mirando un escarabajo que pasa y te preguntas si le dará tiempo a llegar al otro lado. Las grietas, curiosas grietas, que se forman por el calor a veces, otras por el paso de camiones... y mil cosas más que te quedarías mirando embobado, porque vas solo, sin nadie con quien hablar, la bicicleta y tú. Y ese pueblo, blanco en Andalucía, que cada vez queda más cerca, y al cual estás loco por llegar, porque ya se te hace pesada tanta ascensión, y piensas que a quien se le ocurrió poner ese pueblo ahí arriba, pero es necesario, porque lo tienes programado para ese día y si no lo haces, pues no te quedas tranquilo, y es que para cualquiera de nosotros no hay peor cosa que llegar a casa y decir....vaya mierda de entreno!!

Un saludo, y hasta pronto.