jueves, 29 de enero de 2009

A descansar, que ya toca.


Pues esta semana me la debo tomar se relax. Y cuando digo "debo" es porque tenía que haberlo hecho la semana pasada pero entre unas cosas y otras pues entrené de forma normal, por lo que me encuentro algo cansado y las pulsaciones dicen que ellas no suben, que baje yo.

Muchas veces creemos que cuanto más entrenemos más andamos y esto es verdad solo hasta cierto punto. Si machacarse encima de la bici es fundamental para andar bien, más importante aún es la recuperación de los entrenos. Y no solo eso, tendríamos que ir más lejos y decir que el descanso nocturno, las horas que dormimos y como lo hacemos afectarán a nuestro rendimiento en todos los ámbitos de nuestra vida.
Por mucho que entrenemos, si no descansamos y comemos de forma adecuada nunca llegaremos a ese punto para el que tanto nos hemos preparado.

El pulsometro a día de hoy es para mí, muchos deportistas y entrenadores un instrumento fundamental, ya que nos ayudará a saber como nos encontramos en cada momento y será a través de quien veamos como se encuentra nuestro cuerpo realmente, y vamos a ver reflejados todos los parametros que rodean nuestra preparación y todo lo que le afecta en nuestra vida diaria.
Para poder usar esta herramienta de forma eficaz es necesario marcar de primera hora nuestros umbrales, tanto mínimos como máximos, a través de una prueba de esfuerzo, que sería lo más cientifico y exacto o a través de un test casero, como pueden ser dos pequeñas "cronos" de 5 kilometros cada una, con una recuperación entre una y otra de unos 20 minutos. De las medias que nos salgan en estas dos pruebas cogemos la más alta y a partir de ahi podemos marcar los umbrales del entrenamiento, que serán uno u otro dependiendo del método utilizado.

Y nada más. Solo deciros que llegaremos antes a la cima si descansamos lo que debemos en vez de obsesionarnos con entrenar sin parar para ser los mejores.

Hasta otra.

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